Contacto

rustoyrobusto@hotmail.com

CAP. 4

 NOCHE INFERNAL

Una vez terminaron de cenar, a eso de las 11 y media, se dirigieron a la zona de bares para tomar unas copas.
Entraron en el primer antro que vieron, estaba completamente vacío pero no importaba, la camarera estaba bien buena. Pidieron:
-A ver—dijo Rusto- Un calimotxo para George, Un vastiao de vino peleón para Maza, Bacardí-cola para G, Serginho, Daimiel y Robusto y 52 cacharros de Jonhy-cola para mí. Y deprisa o te monto… puta.
La camarera se quedó quieta por un momento hasta que abrió la boca y dijo:
- Lo siento, no nos queda nada de alcohol. Se nos ha acabado todo.
- ¡MICAGÜENDIOS! NOOOOOOOO.-Rusto estaba abatido, había recibido la peor noticia que podían darle en la vida.
El grupo decidió irse a otro bar no sin antes follarse a la camarera, que lo estaba pidiendo a gritos.
Entraron en otro bar, y repitieron el proceso.
-A ver micagüendios, dame un puto Jonhy-cola.
-No nos queda.-dijo el camarero- no nos queda alcohol.
En ese momento los ojos de Rusto se inyectaron en sangre, estaban rojos de ira. Sin mediar palabra se sacó la tranca y le asestó al camarero un pollazo en el pecho que le paralizó de inmediato el corazón.
Rusto y sus amigos rompieron a llorar. En esto, G, la cabeza pensante, el líder, el Presi, se sobrepuso. Cogió por el cuello a otro camarero y le dijo:
- Escucha escoria, ¿qué cojones ha pasado con el alcohol?
El camarero, asustado, respondió:
- Se lo han bebido todo un grupo de chavales que están acabando con todo el alcohol de la ciudad, no sé más, lo juro.
G soltó al camarero y tomó las riendas de la situación.
- Maza, escucha. Quiero que salgas por la ciudad y consigas información sobre ese grupo de gilipollas, quiero saber donde están. Iremos a por ellos y les ajustaremos las cuentas.
Maza, nada más oír esas palabras, salió corriendo raudo y veloz en busca de información.
No pasó ni una hora cuando Maza regresó con noticias.
- Presi, ya lo tengo. Me he tenido que follar a muchas madres pero se donde están, se han ido al Horroróscopo a follarse a unas zorras, porque al parecer eso es lo que más les gusta.
- Excelente-dijo G.- escuchad, ellos nos han dejado sin alcohol, bien. Pues nosotros les dejaremos sin zorras. Van a probar de su propia medicina. Subid al Rustumóvil, viajaremos atrás en el tiempo, llegaremos antes que ellos al Horroróscopo y nos follaremos a todas las putas, así cuando lleguen ellos no tendrán nada que follar. Esa será nuestra venganza.
Todos subieron al coche. Daimiel preguntó:
-¿Cuándo llegaremos Rusto?
- Micagüendios, hace media hora que llegamos. Yo ya me he follado a tres putas. Calla la boca y a follar o te follo yo a ti.
Los muchachos se pusieron a follar. No hubo piedad. Una tras otra las fulanas del local pasaron por las pollas de nuestros amigos, por la de Rusto varias veces cada una. Al final estaban extenuadas.
En esto la puerta del local se abrió. Un grupo de 5 hombres entró haciendo eses, sin duda estaban borrachos, se habían bebido todo el alcohol de la ciudad y ahora venían con ganas de mandanga.
Cuando entraron y vieron lo que pasaba entraron en cólera.
- ¿Qué coño está pasando aquí? ¿dónde están las fulanas?.
- Las fulanas no están en condiciones de trabajar más, al menos durante una semana.-saltó G.
- ¿Y quién cojones sois vosotros, si se puede saber?
- Se puede saber.
- ¿Y cómo se puede saber?
- Preguntando.
- Ya he preguntado. No me vaciles chaval que te meto.
- ¿Y quién lo pregunta? Si se puede saber
- Se puede saber. Somos los Caballeros del Zodiaco. Yo soy Frentes, su líder, y estos son Viladry, Millón, Potingues y Rubén Pan. ¿Y vosotros?
- Yo soy G, y estos Rusto, Robusto, Daimiel, George y Serginho. Somos los que nos hemos follado a las fulanas en venganza por haberos bebido todo el alcohol que había.
En esto Viladry saltó:
- Pero tío, follar fulanas es lo que me va a miiii.
- Pues hoy ya no follas.- dijo G.
- Pues si no hay mujeres os follaremos a vosotros.-dijo Frentes- a nosotros nos da igual ocho que ochenta.
- Por encima de mi cadáver.- replicó Rusto.
- Como desees.-contestó Frentes.
- Un momento.- añadió Rubén Pan- no merece la pena pelearse tíos, seamos amigos, pasad de las tías estas y vámonos todos de juerga.
Pero antes de que pudiese acabar la frase, Rusto, que estaba a 12 metros de Rubén Pan, estiró su enorme brazo y le dio una colleja que le causó la muerte instantánea.
Potingues saltó de la fila dispuesto a acabar con Rusto pero Robusto, su fiel escudero, se agachó y corrió cabeza al frente hasta embestir a Potingues causándole heridas mortales. Mientras el resto del grupo se abalanzó a por Millón, pues de todos es sabido que menos Rusto y Robusto, todos los demás eran unos cobardes y preferían atacar en grupo.
Viendo la situación, Frentes y Viladry corrieron despavoridos abandonando el local y jurando venganza.
Nuestros amigos habían ganado una batalla, y con la mayoría de los Caballeros del Zodiaco muertos, tal vez la guerra. Así pues, Rusto propuso ir de juerga por ahí, pero los demás dijeron que no, que estaban cansados y que se iban a la guarida. Rusto y su fiel Robusto prosiguieron la
noche por su cuenta, el resto se fue, después de todo había sido una dura noche.