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CAP. 3

LA COALICION


Nuestros protagonistas se encontraban un domingo de verano tomando unas copas plácidamente en un garito cuando, de pronto, un extraño msn llegó al teléfono de Rusto. El mensaje decía:
“ola rusto. q tal t va? ace tiempo q no se nada de ti. no te veo nada por avilés. yo estoy pasando una mala racha. bueno rusto un beso. ya nos vemos”
Ese mensaje inquietó a Rusto. Raudo y veloz respondió al extraño mensaje:
“no tengo ni idea de quien eres pero si kieres kedamos pa follar. lleva una amiga”
Al de unos minutos, un nuevo mensaje:
“ok. kedamos a las 11 y media en calle garper nº 2”
Rusto y Robusto no cabían en sí de gozo. Esa noche iban a mojar. Aquello no es que fuese nuevo para Rusto, que siempre había tenido mucho éxito entre las féminas, pero la idea de un polvo siempre reconforta. Nuestros protagonistas celebraron el evento con unos cacharros y se dirigieron al lugar de la cita.
A las 11 y media llegaron al lugar de encuentro. Era una amplia nave fabricada íntegramente de madera sin ventanas. Había un enorme portón con una puerta más pequeña en medio. Llamaron a la puerta. Para su sorpresa, no les abrió una mujer, sino un hombre. Esto llenó de ira a Rusto. Cogió al hombre por la camisa, lo elevó sobre su cabeza y le dijo:
- ¡Micagüendios!, a mi no me van los maricones a si que o sale tu hermana ahora mismo a te mato.
- Tranquilo muchacho. Más te vale soltarme. Ahora mismo hay una docena de francotiradores apuntando directamente hacia ti. A mi señal dispararán.-replicó el extraño personaje.-Suéltame, toma una copa y te lo explicaré todo.
Rusto accedió. Tomaron una copa, bueno once o doce, y el extraño personaje comenzó a explicarle a Rusto el porqué de las cosas.
- Verás Rusto, yo estuve presente el día que naciste. Lo vi todo. Cómo mataste al médico que te trajo al mundo. Cómo violaste una a una a todas las enfermeras de la clínica, cómo terminaste de golpe y porrazo con todas las existencias de alcohol etílico del hospital…en fin, que te he estado observando desde hace 18 años.
- ¿Y eso por qué?.- preguntó Rusto extrañado.
- Porque tú tienes un don especial Rusto, o al menos eso creo.
- ¿Cuál?
- Un buen mango.
- ¿Y qué?
- Pues que si lo tienes más grande que yo, significa que eres el elegido, y si no, tendré que matarte a ti y a tu amigo porque habéis visto demasiado.
De repente, la sala se llenó de gente. Un duelo de pollas era un espectáculo que no se veía todos los días.
Ambos se bajaros los pantalones. El extraño hombre la tenía grande pero Rusto… en fin digamos que el personal presente se quedó con la boca abierta al ver aquel mástil y aquellos huevos grandes y peludos.
- La tienes más grande muchacho. No hay duda, eres el elegido.
- Entonces qué, ya me puedo montar a tu hermana ¿no?.
- Ya habrá tiempo. Ahora es el momento de las presentaciones. Yo soy G, el líder de esta organización, el Presi.
- Me la suda, ¿Cuándo follo?.-dijo Rusto enfadado.
- ¡Calla mecagüendios!, aún no he terminado. Esta es nuestra guarida, ahí está la barra, ahí el mueble-bar, al otro lado los barriles de cerveza, más allá la nevera con bebidas frías, y en esa habitación está la destilería.
- ¿Cómo habéis construido esta choza?-preguntó Rusto.
G sonrió e hizo un gesto, al instante un hombre se acercó a su lado.
- Éste es George. Él construyó este edificio y todo cuanto ves en su interior. Es un maestro alquimista, sólo que interpretó mal las escrituras y el lugar de convertir el plomo en oro convierte el hierro en madera, por eso todo cuanto ves está fabricado con madera.-explicó G.
En ese momento Robusto se sobresaltó:
- ¡Siroco! Eres tú.
- No, no soy Siroco, me llamo George. No lo olvides.
- Bueno amigo, bueno. No te enfades hombre. ¿Me perdonas?.-dijo Robusto alicaído.
- Basta de tonterías.-replicó G. – sigamos con las presentaciones. Este es Daimiel, el contable de la organización, él consigue los fondos.
- Hola Rusto, Robusto. ¿qué tal?. Pues sí yo consigo el dinero. ¿Cómo lo hago? Pues lo típico, tráfico de drogas, de armas, trata de blancas, pornografía infantil, venta ilegal de música pirata, sobornos, secuestros, extorsión, tráfico de plutonio, robo de secretos militares, pero lo que más fondos nos da es un puesto de calzoncillos en el mercado del pueblo, a 3 € la pareja.-explicó Daimiel.
- Este es Maza. El servicio de inteligencia. Él consigue cualquier información que necesitemos. Explícale cómo lo haces.
- Pues verás, supongamos que necesito información sobre un tipo, bueno pues yo me ligo a su madre y a través de ella consigo todo lo que necesito saber. Así fue como recopilamos información sobre ti.-explicó Maza.
- Y este es Serginho, nuestro líder espiritual, él es quien guía nuestras obras, quién dicta lo que esta bien y lo que está mal.
- En efecto, ese soy yo. Y digo que nuestro propósito esta noche es salir a pillarnos un buen ciego.
- Andrés tiene razón.-saltó Robusto.
- Me llamo Serginho
- No, te llamas Andrés.
- Pos vale.-Serginho se dio por vencido.
- Bueno chicos pues este es nuestro grupo. Rusto, estamos aquí para ayudarte a servir al bien que diga Serginho, el bien de hoy como ya habéis oído es pillar un buen ciego. Pero antes quiero que veas una última cosa Rusto.
- ¿Una foto de tu hermana en bolas?.
- No Rusto no, eso no. El Rustumóvil.
G se dirigió entonces hacia una lona que cubría lo que parecía ser un vehículo. Cogió la lona y tiró de ella dejando al descubierto un coche. Aparentemente era un coche como cualquier otro, o al menos eso pensaba Rusto.
- Este bólido es capaz de viajar más rápido que la velocidad de la luz. ¿Sabes qué significa eso?-preguntó G.
- Ni puta idea.-contestó Rusto.
- ¡Joder! Rusto.-dijo Robusto- pues que puedes viajar en el tiempo. Siempre y cuando este coche sea capaz como dices de viajar más veloz que la luz, lo cual es físicamente imposible. Si fuese cierto eso pondría en entredicho la física Newtoniana y la física cuántica.
- Calla la boca que tú no tienes ni puta idea.-dijo G enfadado- este puto coche viaja más rápido que la luz y punto. Pruébalo Rusto y verás que es cierto.
Rusto se metió en el coche, introdujo la llave en el contacto y pisó el acelerador. Antes de que se diese cuenta se vio viajando entre las estrellas, veía como si fuese una película hechos históricos como la toma de la Bastilla, la guerra de los 100 años y demás. Se pasó viajando siglos, pero cuando regresó a su época a sus compañeros les habían parecido segundos.
-Ok, me lo quedo. Y ahora qué.
-Ahora hacemos lo que nos ha dicho Serginho, nos iremos de farra por Gitón. Subid al Rustumóvil.-ordenó G.
Todos subieron uno a uno al coche.
-¿Cuánto tardaremos?.-preguntó Maza.
-Ya hemos llegado.-contestó Rusto.
Pero de hecho no sólo habían llegado, sino que habían viajado atrás en el tiempo y era aún pronto para salir de farra por Gitón, así que nuestros amigos decidieron ir a cenar costillas a un asador de la ciudad para hacer tiempo hasta que abriesen los bares.
La noche prometía.